El viernes cundió el pánico en Wall Street; por todos es sabido que no hay nada más cobarde en este mundo que el dinero (con la curiosa excepción de mi gato) pero lo del viernes fue de aurora boreal. Bastó con que Cisco diera unos resultados regulares y con que un par de autoridades económicas aventuraran un flojo cuarto trimestre para que el papel volase por el parquet.
Consecuencias: Apple bajó casi 30 $ hasta cerrar en 165 $ la acción cuando este mes y el pasado le hemos conocido un máximo de 192,68 $. Hoy en la apertura continua en caída libre aunque un poco menos acusada; en estos momentos la última venta ha sido a 162,05 $ y parece indicar una leve desaceleración de la caída. Y además, aquí hay leña para todos porque Google tuvo una bajada de cerca de 80 $.
No obstante, el pequeño accionista (me digo a mí mismo) no debería acojonarse atemorizarse en exceso, pensando por un lado en el precio de compra que cada uno consiguió y por otro lado entendiendo que Apple (AAPL) siempre ha mostrado fuerza en la bolsa para resistir los movimientos colectivos.
Aunque la salida en Europa del iPhone no ha sido la repanocha si hay un par de datos que debidamente procesados darán su rentabilidad en Wall Street y sobre todo, sobre todo, esta noticia que parece ir tomando cuerpo.