Hace hoy dos años justos y más o menos a esta hora, llegaba yo a mi casa en taxi (tenía el coche en el taller) proviniente de Megamac con la caja de mi nuevo y reluciente iMac Core Duo de 17′. Ese mismo día ya empecé a ver lo que era el cielo y comencé a maldecirme por no haber tomado antes una decisión que rondaba por mi cabeza desde casi un año antes.
Desde entonces me han pasado muchas cosas. El iMac ha influído fuertemente en mi vida y en mi manera de comunicarme con la gente a la que quiero mediante fotos, vídeos, páginas web etc. Todo ello por no hablar de este blog y podcast y de todos aquellos a los que me ha permitido conocer o a los que no conozco pero están ahí, detrás de esos misteriosos números que feedburner arroja en la columna de la izquierda, y que consiguieron que el 17 de noviembre me aupase al número 1 de iTunes.
Pero hoy no voy a daros las gracias a todos sino a quien ha hecho posible todo ésto: mi iMac Core Duo de 17′, que resistió los extraños sonidos del disco duro, las inusuales vibraciones, las muy terribles y míticas rayas en la pantalla y que espero que me acompañe como ordenador principal al menos un año más. Eso sí, ya me ha dicho que espera muy ilusionado ese hermano pequeño y ultraligero que le voy a traer de New York en octubre 😉