Pese a no haber hecho el servicio militar, soy hombre de costumbres castrenses y los fines de semana raro es el día en que a las 9 AM no estoy despierto. Dado mi estado de padre de familia, esas horas hasta que se despierta mi hija son valiosísimas para dedicarlas a mis distintas aficiones, tanto online como offline.
Si disponéis como yo de algún tiempo libre este fin de semana, os propongo una tarea muy consecuente con esta vida tan digital que nos gusta llevar. En casa tengo muchos libros y muchos de ellos no los voy a volver a leer nunca. Me resisto a tirarlos, por esa cosa de los seres humanos de acumular posesiones, pero tengo que reconocer que me ocupan un sitio en casa que no me puedo permitir, dadas las reducidas dimensiones de las viviendas hoy en día.
Así que he hecho una selección de estos libros, formada principalmente por ediciones de bolsillo de novela de consumo, libros que me han gustado pero que realmente no son una joya de literatura contemporánea. Me refiero (en mi caso) a diversas novelas de Ken Follet, Matilde Asensi, Tom Sharpe y similares. Lo que he hecho ha sido coger todos estos libros y dárselos a mi suegro para la biblioteca de su instituto. A continuación me he dirigido a diversos sitios de Internet donde he descargado y/o comprado (en función de precio y disponibilidad) esos mismos títulos, para no perderlos.
Hay libros que quiero tener siempre en papel, como por ejemplo La Historia Interminable, El Nombre de la Rosa o los de Alatriste, pero el resto no me importa tenerlos sólo en formato ebook que a final de cuentas es el único formato en el que leo hoy en día y el formato en el que esos libros tienen más posibilidades de que los vuelva a leer.