Cuando hablamos de comparar los dos principales sistemas operativos del mercado, iOS y Android, hay una característica que siempre sale en liza a favor de Android. Se habla siempre de que el sistema de Google es muy más personalizable, que se adapta más a las necesidades específicas de cada uno y así cada usuario puede configurar hasta los parámetros más insondables del sistema.
En el mismo sentido, los detractores de iOS hablan de él como de un sistema limitado, cerrado, más rígido, más predeterminado, de tal suerte y manera que todos los dispositivos son básicamente iguales en comportamiento, apenas diferenciándose en aspecto estéticos como la ubicación de los iconos o los fondos de pantalla.
Una vez más, la clave está en la usabilidad. El iPhone 5 con iOS 6 es el iPhone que menos tiempo he tenido en mi poder (poco más de un año) pero de lejos es el que más he usado. En todo este tiempo, he ido retocado distintos parámetros del sistema y de las aplicaciones, hasta llegar a un entorno perfecto para mí y que se ajustaba a mis deseos, necesidades y (por qué no decirlo) manías. Toda vez que he pasado por toda la fase beta de iOS 7 sin una sola restauración, entendía que mi sistema estaba seriamente necesitado de una renovación y por ese motivo he puesto en marcha mi iPhone 5S desde cero, sin restaurar la copia de iCloud.
Al hacer esto, he podido disfrutar de la completísima secuencia de inicio de iOS7, mediante la cual he podido asimilar lo que ha cambiado iOS desde sus inicios y hasta qué punto se toma Apple en serio la seguridad de sus dispositivos, preocupación que me temo que no es compartida por otros fabricantes de hardware y software del mercado.
En las apenas 24 horas que llevo usando mi nuevo iPhone 5S (¡dorado!) he podido darme cuenta de:
- Lo inteligente que es el teclado de iOS y lo que había aprendido de mí en un año.
- Lo mucho que acabas configurando las notificaciones de las distintas apps.
- Que Siri aprende de ti mucho más de lo que deja reflejado en tu tarjeta de contacto.
- La cantidad de cosas de uso común para mí (teclado emoji, luz de aviso de notificaciones, % de batería…) que no vienen predeterminadas en el sistema.
- Lo bonito que queda un iPhone nuevo con las aplicaciones del sistema y todas las gratuitas de Apple instaladas de golpe 🙂
- Cómo es posible que aunque tenga una idea muy clara de la ubicación de mis iconos, la propuesta por defecto de Apple me cautiva siempre.
- Cómo cambia el teléfono visualmente en función del fondo de pantalla que elijas y de los colores de los iconos de las apps, gracias a las transparencias de los centros y de otras pantallas.
Y todo esto, y mucho más, sin salirse de las lineas generales de iOS establecidas desde 2007, evolucionando dentro de ellas e incorporando cosas quizá tarde, pero de manera muy meditada y asegurándose de su armonía con el resto del sistema.
Obviamente para probar todo esto no hace falta comprarse un teléfono nuevo. Os animo a que hagáis una restauración DFU de vuestro iPhone y que, con las precauciones previas, configuréis iOS desde cero, no ya para ganar rendimiento sino para disfrutar como un niño de un sistema nuevo y reencontrarte con muchas opciones que elegiste quizá hace años y que no te habías vuelto a replantear.
Puede que mi iPhone se parezca mucho exteriormente a otros miles de iPhones, pero a la hora de la verdad, a la hora de usarlo, este iPhone es mío, es único.
Comentarios
2 respuestas a «Limitado my ass!»
No puedo estar más de acuerdo con tu reflexión. El iPhone es personalizable sobre unos esquemas ya predefinidos, pero personalizable. Con esto se evita qué la ausencia de gusto que puede llevar a un usuario a poner una Cómic Sans como tipografía principal del sistema en su Android no suceda en un iPhone. A efectos prácticos tenemos un terminal que nos permite poner y quitar suficientes cosas como para –como bien dices– tener cada uno nuestro iPhone, único. Quizá el tema de los widgets pueda ser tema de debate, pero tampoco tengo claro sí tener un calendario o el tiempo que hace en Aranda de Duero en nuestro homescreem es realmente útil. Saludos.
Añadir a todo lo que dices, que la mayoría de las personas, aunque nos cueste entenderlo a los más geek, pasan de configurar tanto un teléfono. Cualquiera que tenga amigos poco tecnológicos alrededor se dará cuenta que la gente instala Whatsapp, Facebook y el mail en el teléfono y a correr, poco más.