En mis vacaciones estivales por Italia, tuve la oportunidad de visitar el Apple Store Roma, y quiero compartir con vosotros algunos aspectos de mi visita.
Para empezar, cabría decir que hablar de Apple Store Roma es un auténtico eufemismo, porque incumpliendo con las principales normas de las Apple Stores, ésta no está en la ciudad de Roma, sino en un centro comercial llamado RomaEst, que está a 15 km al este de la ciudad, a los pies de la autopista A24 que lleva a la región del Abruzzo, tristemente conocida por el reciente terremoto.
Dado que este artículo es un poco extenso, creo que es mejor que os invite a los realmente interesados a seguir leyendo después del salto.
Llegar al Apple Store no es sencillo. Existe una compleja combinación de autobuses con tranvía que no os recomiendo en absoluto, ya que yo la usé para el regreso y aparte de ser eterna, te permite visitar algunos rincones nada recomendables de la ciudad. Nosotros fuimos en taxi, una opción relativamente rápida y espantosamente cara (30 €). La opción de alquilar un coche parece la más viable, eso sí, si piensas aprovecharlo para más cosas. Para que os hagáis una idea, en el hotel no sabían nada de un Apple Store y la taxista que nos recogió no sabía dónde estaba el centro comercial RomaEst. No me cabe la menor duda de que Apple se lo piensa muy mucho a la hora de abrir sus tiendas, pero la ubicación de ésta se me antoja extrañísima.
Una vez llegado allí, una inmensa manzana brillante enseguida te da la bienvenida a este templo de la tecnología. La tienda está diseñada de manera diáfana, en un solo cuerpo, al final del cual encuentras dos escuetos mostradores con las cajas y tras éstos, la Genius Bar, santo y seña de toda Apple Store que se precie. Por lo demás, esta Apple Store tiene lo que viene a ser normal: Macs por doquier conectados y a disposición del público, diversos iPhones y iPods en las mismas condiciones, accesorios diversos y mucho personal de Apple con sus camisetas azules, atendiendo cortésmente a quien lo pida.
Pensé en aprovechar esta visita para comprar algún accesorio para mi MacBook Pro 13′. Con su perfecto italiano, mi mujer preguntó a uno de los dependientes si éste equipo incluía algún adaptador de serie; cuando nos dijo que no, le pidió que nos diera uno para VGA, ya que no lo encontrábamos en los expositores. Él quiso saber a qué monitor lo pensábamos conectar, sin duda para ver si era más conveniente otro modelo, pero yo le insistí en el VGA que es el que uso en las sesiones del GUM Murcia. Como le habíamos dicho que íbamos a comprar el MacBook Pro 13′ al llegar a España, nos preguntó si ya teníamos algún Mac o si queríamos preguntar alguna duda; mi mujer le puso al tanto enseguida de nuestro curriculum como maqueros. Al enterarse de que era mi cumpleaños me felicitó con un efusivo e incomprensible «eppi berthdey», o sea «happy birthday» pronunciado por un italiano, incapaces por natura de pronunciar la letra «h» en ningún idioma. El tipo dio unas instrucciones y nos dejó, y al segundo apareció otro compañero con el conector deseado. Fueron muy amables también indicándonos donde tomar el espantoso autobús de vuelta.
Como en cualquier Apple Store, apenas hay productos Apple para coger y pagar: hay cientos de accesorios de terceros, algunos cables para portátiles y estaciones Airport o Apple TV, pero más allá de eso, si uno quiere comprar un MacBook, un iPhone o un simple iPod Shuffle, tiene que pedirlo y lo sacarán de los almacenes. Es una decisión tremendamente inteligente: los productos Apple presentes en la tienda no están metidos en una caja, sino conectados y funcionando, disponibles para ser probados y usados por cualquiera. Por cierto, 5 iPhones 3GS se vendieron en la media hora que estuve allí.
Es mi tercera Apple Store tras la de la Quinta Avenida y la del SoHo; ésta de Roma mantiene como aquellas la sensación de majestuosidad y de «bienvenido a tus sueños» que tuve en las otras dos, aunque es innegable que la ubicación en un centro comercial le resta glamour. Por cierto, confirmado que las bolsitas ya no llevan el nombre de la tienda: las que encontréis por ahí son de stock. Si os han gustado las fotos, aquí podéis encontrar alguna más.