
Continuamos con nuestra exitosa serie de artículos sobre los atajos de teclado. Apple, en su intento de democratizar a sus usuarios, ha querido igualar un poco la experiencia de usuario entre los poseedores de un portátil y los poseedores de un equipo de sobremesa. Qué mejor manera de hacerla que eliminando prácticamente de su catálogo el teclado extendido y disponiendo que todos los maqueros bajo la luz del sol debemos utilizar un teclado reducido, sin teclado numérico y sin esas teclas auxiliares tan monas que nos permiten subir y bajar por un documento o web. ¿Qué hacer al respecto?
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Si existe hoy en día un estandar de algo, lo que sea, relacionado con Internet y la informática, ése es el formato de archivo PDF (portable document format). No sólo es una referencia de distribución de documentos vía Internet, sino que puede ser usado y creado desde cualquier plataforma de software, bien sea Windows, Mac OS o Linux y sus derivados. Como usuario de PC que fui, crear PDFs fue casi siempre un gran deseo y un dolor de cabeza; en aquellos tiempos no existían las herramientas gratuitas que hay ahora y casi estabas condenado a usar la versión completa (y cara) de Adobe Acrobat, la cual por cierto no resultaba entonces muy intuitiva.











Dentro de las múltiples tecnologías que componente el sistema operativo Mac OS X existe un pequeño arcano insondable llamado Automator, a priori destinado a facilitarnos las tareas más repetitivas que tengamos que llevar a cabo. Pese a su noble fin, Automator es hoy uno de los grandes desconocidos para los usuarios «normales» de Mac. De vez en cuando, aparecen en los blogs del ramo pequeños scripts de Automator destinados a ayudarnos con las tareas quizá más habituales. Uno de los hits de Automator es el renombrado masivo de archivos.
Mail es la aplicación que incluye cada Mac para la gestión del correo electrónico. Toda vez que la mayoría de nosotros desgraciadamente no tenemos un Mac en el trabajo, y que la interfaz de Gmail es tan útil e interesante, no me extraña que muchos lectores de este blog no usen Mail como aplicación para el correo. Yo la uso «a medias», es decir, mantengo en ella configurado mi correo de MobileMe y el resto de mis cuentas (todas de Gmail) las consulto vía web. Si usas, aunque sea poquito, la aplicación Mail del Mac, este artículo te interesa.
Durante mucho tiempo usé Twitter en el iPhone a través de la web móvil. Sus escasas prestaciones unidas al consejo de buenos amigos me hicieron probar diversas aplicaciones gratuitas como TwittDeck, TwitterPhone y finalmente Twitterrific, que es la que estaba usando hasta ahora.